El dibujo es un arte sano, hermoso y refinado. Constituye además un medio de expresión altamente eficaz. Nos hace tomar conciencia de tres maravillosos regalos que Dios nos ha dado: el sentido de la vista, el cerebro y las manos, entrenándonos al mismo tiempo en su uso. Así, el dibujo es un medio de cultivo espiritual y un poderoso entrenamiento mental.